Y volvimos TODOS con la sonrisa puesta y la maleta llena de buenos momentos vividos; de miradas de complicidad, de la adrenalina del rocódromo, de la paz que produce acariciar el agua subidos en una canoa o tomar el sol panza arriba, de las risas por recibir el premio marinero y la satisfacción absoluta que se siente cuando consigues algo por primera vez (dormir fuera de casa, probar el temido pescado, escalar,...)
Han sido tres días formidables. Gracias a las familias por confiarnos a sus tesoros y dejarnos aprender, mejorar y disfrutar con ellos.
¡Feliz Verano a todos!!
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